viernes, 25 de marzo de 2011

Córdoba. Advenedizos y Cachirulos

Advenedizos y cachirulos

Andres Timoteo
110321

Para todos los observadores de la vida política y empresarial del estado les resultaron muy extraños los reacomodos que se han realizado en  diversas cámaras de la iniciativa privada durante las últimas semanas en la ciudad de Córdoba. Especialmente en las cámaras Nacional de Comercio (Canaco) y Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) pues los dirigentes nombrados son más operadores políticos que verdaderos hombres de empresa.
En la Canaco fue colocado Miguel Barquet Viñas, conocido como El Chato Barquet, quien fue secretario técnico en el trienio de  Juan Antonio Lavín Torres y también ha fungido como regidor.  Mensajero del pasado y del presente, El Chato Barquet tomará a la Canaco no para representar a los empresarios sino para erigirse como una palestra de los funcionarios. Mala espina. 
Pero aún más raro, digno para el libro de “Aunque usted no lo crea” es lo que sucede en la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, cuya dirigencia se renovó también hace algunas semanas, y en la cual se nombraron a muchos advenedizos, empezando por su presidente, Mario Tomás Sánchez Galicia, quien es propietario de una cadena de panaderías.  El señor se equivocó de lugar pues debería estar dirigiendo la Canirac o la Canainpa. La vicepresidenta Virginia Medorio Trujillo, es vendedora de seguros, exdirigente municipal del PRI y candidata de ese partido a la diputación federal en el año 2000, mientras que como vocales tiene al diputado panista Juan Carlos Castro, quien tiene un negocio de bienes raíces, al platanero y gasolinero, Felipe Libreros y al arquitecto, Agustín García, quien en un tiempo fue presidente del Colegio de Arquitectos.
Ninguno de ellos tiene a su cargo alguna industria de la transformación, todos son una especie de cachirulos porque andan jugando en la cancha que no les corresponde. Entonces,  ¿cuál es el común denominador de todos ellos?. Es obvio que la operatividad política, si alguno de ellos pudiera tenerla. 
La lectura completa de estos movimientos es una jugada política para apoyarse en la iniciativa privada. Por ello, la estrategia es apuntalarse de las organizaciones empresariales para triangular fondos que den la apariencia de “desarrollo” aunque el mismo sea artificial. La moneda de cambio es, por supuesto, entregarles más poder a las cámaras empresariales por medio de contratos, obra pública y demás apapachos.

 Se le queman las habas
Y un reflejo de lo que se viene para Córdoba es el activismo del empresario Guillermo Rivas Díaz en el plano político. Este personaje es el más interesado en que Portilla Bonilla solicite licencia al cargo para sustituirlo, ya que es su suplente en la planilla que contendió en las elecciones de julio del 2010.
Pese a que el mismo gobernador Javier Duarte de Ochoa señaló el miércoles de la semana pasada, durante una gira de trabajo por la Ciudad de los Treinta Caballeros, que no tiene contemplado llamar al notario para integrarse a su gabinete  – es decir, le dijo que tiene que concluir su gestión como alcalde- y será después del 2013 cuando pueda ser requerido al organigrama estatal, al suplente Rivas se le queman las habas porque Portilla se vaya y deje la silla vacante.
Azuzador de los rumores, el dueño de Transportes Bonampak intenta ver cumplido su sueño de sentarse en la silla municipal e imitar al orizabeño, Juan Manuel Díez – de quien es su secreto admirador- para “transformar” a Córdoba y de paso aterrizar su proyecto personal de hacerse de un centro  comercial al estilo Plaza Valle de Orizaba. El primer paso ya lo dio con el anuncio de construir un centro de negocios frente a Plaza Cristal. Ahora falta el cumplimiento de un pacto electoral para dejarlo gobernar a Córdoba al menos la mitad del trienio. Y ante ello, muchos repiten aquella plegaria usada para conjurar un accidente radiactivo en Laguna Verde como sucedió en la planta nucleoeléctrica de Fukushima: Dios guarde la hora. Así de atómico es este empresario.

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